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BREVE HISTORIA DEL ESTUDIO DE LOS SUEÑOS

En 1862, Alfred Maury realizó los primeros intentos de explicar la causa del contenido mental de los sueños. Propuso que estos aparecen como acciones reflejas ante estímulos sensoriales del entorno. Actualmente existen datos que apoyan en cierta medida la propuesta de Maury. A veces un estímulo sensorial puede cambiar el contenido, pero los sueños también ocurren en ausencia absoluta de estímulos externos. Sin embargo, hay que reconocer a Maury como un pionero en la exploración de los fenómenos mentales de los sueños. Además, Maury describe la aparición de otro tipo de fenómenos perceptivos al inicio del sueño, que denomina alucinaciones hipnagógicas y que distingue de los sueños por su brevedad y su contenido poco elaborado.1 Posteriormente, Sigmund Freud basará su trabajo en los contenidos de los sueños. Se impulsa a desarrollar su teoría sobre los procesos del pensamiento, que propuso como útil en el tratamiento de enfermedades nerviosas. Freud distinguió dos componentes principales de los sueños: el contenido manifiesto (expresado por el paciente) y el contenido latente o subconsciente, que fue deducido por Freud, según la simbología sexual.2,3 Posteriormente propuso que los sueños ocurren continuamente durante el sueño. o al pasar del sueño a la vigilia. Actualmente sabemos que soñar no es un continuo, pero la segunda proposición se justifica porque los sueños que generalmente recordamos son los que nos despiertan. Podemos entender así que sólo se tuvo en cuenta el aspecto mental de los sueños sin ningún interés en la relación que tienen con un estado funcional del cerebro.

Fue en 1929 cuando Hans Berger desarrolló el método del electroencefalograma (EEG), que permitía registrar la actividad eléctrica del cerebro humano. Esto nos permitió establecer una relación directa entre los estados de conciencia y la actividad electrofisiológica del cerebro. El propio Berger demostró que durante el estado de alerta aparecen ritmos EEG rápidos de bajo voltaje y que cuando comienza el sueño aparecen ritmos lentos de alto voltaje4,5. Esto llevó a otros investigadores a clasificar el sueño en cuatro etapas (A, B, C). y D), dependiendo de la proporción de ondas lentas que aparecen6. Sin embargo, todavía no había indicios de la relación entre los sueños y un estado de sueño particular.

En 1953, Aserinsky y Kleitman descubrieron que los ritmos lentos y de alto voltaje (sueño lento: SOL) se interrumpen periódicamente por episodios de actividad EEG rápida, acompañados de movimientos oculares rápidos.7 A Estos episodios se denominaron sueño paradójico. (MOVIMIENTO RÁPIDO DEL OJO). Posteriormente, Dement y Kleitman descubrieron un fenómeno de gran importancia: los movimientos oculares rápidos (REM) de esta fase coinciden con la aparición de los sueños.8,9 Por primera vez se supo exactamente cuándo ocurrieron y, además, que Estaban vinculados a un estado fisiológico cerebral específico. Este descubrimiento marcó el inicio de una nueva etapa en el estudio de los sueños en la que se realizarían análisis sistematizados de los mismos en el campo de la neurociencia. La posibilidad de recopilar relatos verbales de varios sueños durante una noche ha favorecido numerosas investigaciones

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