Certificados y permisos

La instalación eléctrica de una reforma sostenible

En cuanto a la instalación eléctrica, debe adaptarse a las nuevas necesidades del hogar. Una reforma sostenible implica también la sustitución de determinadas energías domésticas por energías más limpias, en el caso de que estas sean más contaminantes, como el gas natural.

No decimos que la electricidad sea una energía limpia, pero genera menos residuos que los que produce el petróleo. Es energía limpia en el caso de que provenga de fuentes como la energía solar. Siempre que el espacio y la orientación lo permitan, es recomendable instalar paneles fotovoltaicos.

¿Qué certifica cada uno de estos procedimientos?

  • Cédula de habitabilidad: solo certifica viviendas para habitabilidad.
  • Certificado Energético: Mide la eficiencia de las instalaciones de un edificio, que pueden ser tanto viviendas como locales comerciales, edificios residenciales completos e incluso hospitales, hoteles, etc.
  • Cédula de ocupación: aunque otros perfiles profesionales y cualificados pueden certificarla, la gran mayoría de ayuntamientos sólo aceptan cédulas firmadas por arquitectos y arquitectos técnicos por su sensibilidad como informe completo .
  • Certificado de calificación energética: el balance energético, sin embargo, amplía el abanico de arquitectos y arquitectos técnicos a otros perfiles calificados como aparejadores e ingenieros.

¿Qué es la cédula de habitabilidad?

La cédula de habitabilidad es esencialmente un documento firmado por un técnico competente que certifica que un inmueble cumple con la normativa de obligado cumplimiento en vigor para dicho uso. En el caso de una vivienda, el técnico que la firma certifica que es habitable porque cumple con los requisitos normativos de habitabilidad vigentes en la comunidad autónoma donde se encuentra. Pero ojo, este documento no debe confundirse con la licencia d’habitabilité o también llamada licencia de ocupación.

En primer lugar, es importante aclarar los conceptos. La cédula de habitabilidad es el propio documento emitido por un técnico competente, que acredita que dicho alojamiento puede ser utilizado como tal porque cumple los requisitos reglamentarios. La licencia, en cambio, la expide el ayuntamiento correspondiente. Es decir, es un trámite administrativo que debe realizarse en la entidad municipal. Así, para obtener la autorización de ocupación de una vivienda, el propietario debe acudir al ayuntamiento donde esté situada dicha vivienda, presentar una solicitud y abonar la tasa correspondiente.

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