La aparición y el paulatino crecimiento de las nuevas tecnologías han ido de la mano del surgimiento de una nueva expresión de un viejo fenómeno: la Adicción. La telefonía móvil, los videojuegos, el ordenador, Internet, los gatos, etc… aparentemente serían los causantes del problema.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una de cada cuatro personas sufre problemas de conducta vinculados a nuevas adicciones. Podemos hablar de adicción en todos los casos en los que la afición interfiere en la vida cotidiana, o cuando se practica esta afición para evitar pasar un mal rato en lugar de pasar un buen rato.
Una de cada cuatro hospitalizaciones se debe a trastornos de la alimentación
Los expertos han señalado que es necesario tratar a los niños con patologías leves para evitar los casos graves que se ven en los centros de salud. Hay un gran infradiagnóstico, aseguran.“Si no se diagnostica, empeoran los resultados escolares y la salud mental”, afirma Rosa Bosch, coordinadora del programa MIND Escola del Sant Joan de Déu.
Los trastornos alimentarios no solo han aumentado -según algunos expertos- por la gran influencia de las redes sociales. También para otros problemas. El encierro ha mejorado la situación de muchas familias, pero también ha empeorado la situación de muchas, lo que ha llevado a la violencia. Y los casos de intentos de suicidio entre menores se han triplicado.
Síntomas de la depresión navideña
- Cansancio, apatía, pérdida de interés o aversión por todo lo relacionado con la Navidad.
- Estado de ánimo o estado de ánimo deprimido, constantemente, durante la mayor parte del día y la mayoría de los días. Este estado aumenta al entrar en contacto con cualquier cosa relacionada con la Navidad, como ver adornos navideños, escuchar noticias relacionadas.
- Extrema irritabilidad.
- Pensamientos negativos, autocompasión o incluso autodestrucción.
- Aislamiento y poco interés por estar en compañía de otras personas.
Varios factores pueden combinarse para generar depresión navideña:
Práctica de lo contrario
Es decir, sustituir los patrones de uso de la tecnología por conductas opuestas o hábitos de comportamiento. La mayoría de los adictos a la tecnología recurren a ella en patrones específicos. Por ejemplo, usar el móvil inmediatamente después de levantarse o justo antes de acostarse.
Descubrir patrones y horarios de uso permite incluir en ellos actividades que reducen progresivamente la adicción.